Cuando era pequeña vi volar una mariposa. ¡Qué maravilla poder levantar tus pies del suelo tanto tiempo! Me pregunté cuál sería el secreto de las mariposas y mi madre me dio la respuesta:
Las mariposas tienen un polvo en las alas, unas escamas diminutas sin las que no pueden volar.
Yo, maravillada, conseguí un bote de cristal y un caza mariposas...
Cada mariposa que veía la atrapaba con mi red y le quitaba su polvito para mas tarde meterlo en el bote.
¡Voy a embadurnarme con ese polvo y volare! repetía una y otra vez, pero por muchas mariposas que cogía, el polvo no era suficiente.
Un día, cansada de buscar mariposas me senté frente al bote, triste, echándole la culpa a él.
Se movió.
Lo juro.
Se elevo.
Apenas unos centímetros, pero ese tarro voló.
Nadie me cree, pero es por eso por lo que escribo, nadie tiene que considerar si es verdad o no lo es, solo si es bello.
Lo es.
Es real y bello, una bella realidad
Pasé por aquí a echar un ratito con tus cosas. Quiero aprovecharte, una feliz navidad. Te deseo lo mejor, para ti y para los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.